Una gran inversión es la que hay detrás de un proyecto residencial de alto nivel, por ello, es de entender que los inversionistas o propietarios sean perfiles con actividades financieras y múltiples ocupaciones de negocios. Justamente por ello que surge la figura del representante del propietario. El alcance de los servicios de un representante del propietario suelen abarcar todas las fases del proyecto, ayudando así a establecer metas y objetivos del propietario en cuanto a presupuesto, calendario, diseño, función y calidad. Éstos se convierten en los anclajes que guían el proceso de toma de decisiones a lo largo de todo el proceso de diseño y construcción.
Una vez desarrollado el alcance del proyecto, la siguiente actividad del representante del propietario es ayudar a formar el equipo del proyecto: arquitecto, urbanista, consultores, contratistas, abogados, contables, etc. Esto podría incluir la elaboración de las solicitudes de propuestas (RFP) y un análisis completo de las respuestas a las RFP de los contratistas/consultores, así como la asistencia en la adjudicación de los contratos y optimizar los recursos siempre en beneficio de los clientes.